04 Enero de 2022
Si queremos que una empresa familiar perdure, es muy importante cuidar su salud financiera, sobre todo en tiempos difíciles.
Piensa en una empresa familiar y describe según tu juicio, qué cualidades debería presentar para considerarse como una empresa financieramente sana:
Que tenga utilidades, que tenga capital de trabajo para operar e invertir, que tenga un nivel alto o bajo de endeudamiento, que tenga alta rotación de inventarios, que venda sólo en efectivo, que muestre crecimiento en ventas de 15% anual. Si está en crecimiento puede que no tenga suficiente capital de trabajo o su nivel de deuda sea alto, de este ejercicio pueden resultar distintas combinaciones como propuesta de la empresa familiar financieramente ideal, al final del día cada empresa es única y su receta debe ser muy particular para mantenerla sana y con larga vida.
Para lograr optimizar de manera eficiente los recursos y obtener buenos resultados a mediano y largo plazo, no es necesario ser un especialista en finanzas, basta con tener claridad de los ingresos y egresos, ver si queda un residual para ahorrarlo o invertirlo, o de lo contrario, si el resultado es negativo, buscar nuevas fuentes de ingresos o disminuir más los gastos, inversiones en activos o fugas de efectivo.
Es decir, se ve cuánto se espera vender y cobrar los próximos meses y cuántas obligaciones quedan pendientes por asumir. Si se observa un resultado positivo o negativo, esto permitirá evaluar alternativas para cada uno de los escenarios: buscar fuentes de financiamiento, aplicar los excesos de efectivo en capital de trabajo, en CAPEX, o sencillamente tener reservas líquidas para nuevos proyectos, negocios, o para mitigar riesgos en tiempos difíciles como es el caso actual del COVID-19.
Los problemas empiezan cuando este orden básico de finanzas se interrumpe con la práctica, muy común en algunas familias, de no respetar a la empresa como un ente independiente, es decir, que con los recursos de la empresa empiezan pagar gastos, inclusive inversiones que no son propias de la empresa, por ejemplo: los viajes de la familia, autos, gasolina, mantenimiento de automóviles, o propiedades que la empresa no utiliza, entre otros. Esto genera problemas de liquidez para que la empresa cumpla con sus obligaciones, desacelera su crecimiento, o bien, comienza un problema que pone en duda el futuro del negocio, además de ocasionar conflictos o problemas familiares y una deficiencia en el uso de los recursos de la empresa.
Como asesor de empresas familiares he conocido casos donde el manejo desordenado de la caja ha provocado distintos problemas: malos manejos financieros, robos, falta de liquidez, problemas con pagos y obligaciones de la empresa, etc. El confundir los flujos de la empresa con los ingresos personales del fundador y de su familia, ha generado en más de una ocasión la pérdida total del negocio. Por ello, parte de la salud financiera de una empresa familiar consiste en respetar las reglas básicas de orden y buenas prácticas, es decir: la caja de la empresa no debe ser usada como caja de la familia y los flujos de dinero deben seguir las reglas comunes para todos los negocios.
A manera de conclusión quisiera agregar que la nueva visión de la función financiera debe ser proactiva y dar respuesta dinámica a lo que está sucediendo en la empresa, basándose en el acceso a información de calidad, permanentemente actualizada, y al desarrollo de modelos de gestión colaborativos con otros departamentos o áreas de la empresa. También se deben respetar los recursos de la empresa y de sus dueños, que se traduce en: “Darle al César lo que es del César” Una frase que se dice con frecuencia a manera de expresar cierta necesidad de equilibrio respecto a un tema en específico, en este caso, la empresa y sus dueños.
Fuente: https://www.forbes.com.mx/formula-para-el-cuidado-de-la-salud-financiera-en-tiempos-de-crisis/